
AHORA.
Ahora que has anclado,
en otras tierras que no son las mías,
todas torcidas en espacio y tiempo,
me pides que te comprendas,
hago el intento, tu piel me huele a quemada,
me asedias con tu mirada algo distante,
qué puedo hacer aunque quisiera,
si hay algo en esta vida y en mi,
yo es que soy mi mayor verdugo y juez,
al hacerme el juicio de lo que sucedió,
entre nosotros a pesar de lo que siento,
me declaré culpable, te di la libertad,
lo en ti hoy es fatalidad, como haz llegado a comentar;
pero ya es demasiado tarde para empezar, esa es mi decisión.
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