
NUNCA
Nunca creí que vería a una rosa abrir su boca,
para mencionar mi nombre, dulce y misteriosa,
pero ayer mismo fui testigo del lucir de su sonrisa;
nada es comparable a una flor sobre su roca.
La recogí con cuidado de no lastimar sus espinas,
ella delicada y cándida me dedicó otra sonrisa,
no pude contener la sensación tan dichosa,
que supone compartir tu vida con las rosas.
Rojo fuego brillante inextinguible, el color,
embriagadora esencia floral desconocida,
el olor, suave sensación de seda natural sin tacha,
el tacto, pura bondad innata inabarcable,
el sentimiento sorprendido y extasiado por el increíble encuentro,
sin control sobre mí, ni sobre mis sentimientos,
perdido y asustado como un chiquillo entre los pastos caí rendido a sus pies.
Épica historia de amor, de gran ternura intensa,
relatarán los bardos quizás en un futuro lejano;
que hubo un día en que un hombre amó a una rosa,
la rosa de pena henchida, al hombre estrechó.
Así de esta manera, con su brote entre las manos,
partió el caballero con su rosa roja, roja flor,
hacia tierras desconocidas; en busca de sus tesoros,
sabiéndose portador de la amistad, belleza y amor.
Podrá pasar un día, podrá pasar un año podrán caer montañas,
podrá morir el viento pero una cosa es cierta,
no cabe el engaño; el caballero sin nombre, tuvo un sentimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario